viernes, 10 de febrero de 2012

ONG

Estaban todos alrededor mio, compungidos, con el animo roto, los ojos llorosos. No podía hacer nada por ellos, salvo esperar su despedida. Estaba ella, también llorosa, no podía imaginar que tanto vasito de leche caliente por la noche, para que me durmiera mejor, iba a concluir con un sueño tan profundo, definitivo. Por suerte se me ocurrió cambiar el testamento, fue una corazonada cuando vi lo bien que se entendía con mi socio. Desató en mi una insaciable sensación de colaborar en una buena ONG

Alfred


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