La vi estirada. Me impregné de su olor dulzón, a muerte recién plantada. A su imperturbable y lúgubre espera. Al anodino gesto de su cuerpo en la postura artificial de descanso. Conocía el rictus de dolor quebrado en su cara, antaño roturada por el sol y cérea ahora. Hoy me quedé sentado en la esquina. Ahí, sin poder mirarla. Esperando.
Que fuerte!!! que interior mas retorcido tiene: muerte recien plantada, lúgubre espera, anodino gesto,rictus de dolor, cara cérea.
ResponderEliminarSi me permite, copiaré estas expresiones en un relato -mal escrito- para darles la vuelta.
Y se sienta esperando, en vez de echar a correr... estara velando? entonces, reciba el pésame.