viernes, 24 de febrero de 2012

Su risa.

La risa en su boca desborda las paredes, desencaja las esquinas de las habitaciones y hacer temblar los muros de hormigón del edificio. Y despeina los barrios, las avenidas, los ruidos del tráfico y hasta el borrón gris que junto a un nombre rotula un mapa en una guía de carretera.
Su risa desalienta al desengaño, evade los impuestos de las prisas, se estremece entre los hilos de colores de mi cerebro y me abre a la belleza de la vida.

0 comentarios:

Publicar un comentario