lunes, 12 de marzo de 2012

Croquetas o el arte de seducir II

-¡Hola¡ No sé cómo empezar -susurró tímidamente.-
-No te preocupes, preciosa. ¿Quieres que te guíe?
-¡Por favor! -exclamó con voz temblorosa.-
-Cierra los ojos... déjate llevar, princesa.
-Vale, estoy preparada.
-Estoy a tu lado, encanto. No te preocupes de nada, solo disfruta.
-Ok -cerró los ojos y se dejó llevar-.
Mientras Estela imaginaba cómo sería aquel hombre de cálida e insinuante voz. Un olor a quemado le sacó de sus pensamientos. ¿Cómo podía haber olvidado retirar la bechamel del fuego?.


Pilar. vinculoprivado.blogspot.com


9 comentarios:

  1. Ante la polémica suscitada con el primer micro "Croquetas o el arte de seducir", me veo obligada a imaginar la situación que "Anónimo" planteaba.
    Así es como yo lo veo. Espero que os guste y sobre todo que os haga sonreir.
    Las distintas visiones enriquecen nuestra perspectiva y aumentan nuestra capacidad de pensamiento.
    Muchas gracias por vuestra participación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que éste te ha salido demasiado prosaico. Sólo es una opinión aislada. Un saludo.

      Eliminar
    2. ¿Prosaico en el sentido de vulgar?, es posible, tal vez por cómo habla el protagonista masculino. Así es como lo imaginé. Espero no tener que escribir otro "Croquetas o el arte de seducir III"... porque la imaginación no tiene límites (léase con una sonrisa por favor).
      Gracias por tu opinión. Otro saludo.

      Eliminar
  2. Es lo que pasaría dejándonos llevar por la imaginación, o por la fantasía telefónica, en la cocina.
    Por distracciones menores, se queman cosas.
    Es como una chispa de vida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. Tu lo has dicho "una chispa de vida", aunque a veces se sale chamuscado-a.

      Eliminar
  3. Creo que soy "ese" "Anónimo". Pero no estoy del todo segura. Aunque este relato me parece menos "interesante" que el primero de la bechamel (no es que el primero fuese una joya, pero planteaba una situación más o menos entretenida), tal vez por el mero hecho de que ya no es el primero, me surge alguna duda, sin duda poco importante. Por ejemplo, si quien preparaba la bechamel era el hombre o, de nuevo, Estela. Si era Estela, ¿cómo es que dejó quemarse a la bechamel, con su sexto sentido que la hubiese advertido bajo cualquier cirunstancia? Y, si ella se dejó llevar, ¿hacia dónde fueron?

    Asuntos poco importantes, como ves. Mero pasatiempo o pérdida de tiempo (como todo esto, por cierto).

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu misma. Piensa lo que quieras, la imaginación es libre y la opinión por supuesto que también.
      Saludos!!!

      Eliminar
    2. Pero, ¿y mis preguntas? ¿Quedan sin respuesta? Snif...

      Eliminar