miércoles, 28 de marzo de 2012

En el museo

Sentado en la mesa de la cafetería, miro a su alrededor, gente variopinta le rodeaba, la mayoría turistas, todos de una cierta edad, como él. Mientras tomaba su pequeño refrigerio, observo una mujer joven ante un portátil, pensó en una periodista haciendo una crónica del evento, o una maestra preparando una clase de arte. En todo caso alguien profesional. Le desconcertó su sonrisa, antes de contestar se aseguro que tenía una pared detrás, y que era el receptor final de la misma, siguió leyendo.

Alfred


2 comentarios:

  1. Muy prudente, no devolvió la sonrisa.
    Se limitó a seguir la lectura de la sección Cultura de su diario. Se acabó el café con leche sin levantar la vista.
    Lo que no puso evitar, es ver, por el rabillo del ojo, cómo ella se levantaba, cargaba con su portátil y se alejaba. Sólo quedó en el aire, un aroma a sándalo y vetiver. A un nada. A ella.
    Si me permites.
    Un abrazo

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  2. Se cercioró de llevar la navaja en el bolsillo derecho y los guantes en el izquierdo y salió tras ella.

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