viernes, 9 de marzo de 2012

Ruleta

Llevaba toda la noche jugando rojo par, y ganando, la rubia despampanante sentada justo enfrente le sonreía cada vez más, a medida que sus fichas aumentaban en volumen. Le devolvía las sonrisas, al principio en una ligera mueca, luego más abiertamente, no fuera que algún acompañante se molestara. Pero como no era así, empezó a elucubrar posibles maniobras de acercamiento, en esto ella jugo trece negro, sin pensarlo depositó todas sus fichas en la casilla, y perdió. Momento en que ella se marchó.

Alfred


2 comentarios:

  1. Llevaba tres horas mirando a los jugadores. Apareció un hombre de mediana edad, conservador por su estrategia, cara o cruz. Me miró. Le miré. Sonreímos ambos. Me atreví a hacer la primera y única jugada de la noche, al trece negro.
    Nos volvimos a mirar. La bola giraba cada vez más más lenta. Justo antes de caer en el 21 yo sabía, como él, que ambos habíamos perdido.
    Y me marché de la mesa, yéndome al tocador.
    Si me permites. Un abrazo.

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    1. Fantástica la otra cara de la moneda que propones. Permitido, un abrazo

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