lunes, 18 de junio de 2012

Tablero de picas

La vi con el marco de la puerta contra su espalda, dejando que el tiempo acabase por pasar. Cuando el llanto acabó por liberarla de ese espeso dolor gris, la brújula de su cintura confirmó que la sombra se ancoró en el norte geográfico con precisión milimétrica.
El parsimonioso movimiento previo de su vida había logrado que la maquinaria de todos los relojes se confabularan sobre la posición que debía ocupar y defender en el suelo cubierto de baldosas arlequinadas.
Albada

3 comentarios:

  1. Sublimes mariposas

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  2. Gracias, Virmared y Eduardo.
    Mi personaje llora mercurio antes de encontrar la cuadrícula donde ha de continuar, ya sea llegando, ya sea manteniendo la posición.

    Un abrazo a ambos.

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