Antes dormía a pierna suelta, pero una noche se coló por entre los pliegues de mi sábana y lo impregnó todo. Algunas noches, me ataca el insomnio y sé que es por miedo a olvidar su olor. Abro entonces la ventana y respiro bien profundo hasta llenarme de mar. Caigo entonces en un sueño profundo como eco de caracola.
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