Juega el recién llegado otoño a ser verano y nosotros aceptamos encantados el ardid, pero da igual, la vida sigue implacable su curso; las hojas amarillean, los libros nuevos se forran con cuidadoso afán y los propósitos florecen a sabiendas de que serán incumplidos.
Y jugando a resumir, me sorprende un involuntario cambio; siempre despedí el verano con un lapidario "un verano más" y hoy, por algún desconocido proceso interior, he suspirado "un verano menos"
desasosegada
Y jugando a resumir, me sorprende un involuntario cambio; siempre despedí el verano con un lapidario "un verano más" y hoy, por algún desconocido proceso interior, he suspirado "un verano menos"
desasosegada
Hermosa reflexión, muy bien transmitida, además.
ResponderEliminarY por los "brotes verdes" de la depresión no te inquietes, son muy comunes de esta época de cambio estacional.
Sondea, te aconsejo,en algún acontecimiento que te ha ocurrido y no has detectado. Para anular la mala onda es imprescindible localizar su origen.
Gracias por el consejo, buscaré.
EliminarUn saludo.
Buena diferencia entre decir y suspirar.
ResponderEliminarUn saludo.
Refleja fielmente las sensaciones que suele despertar el otoño en el alma aún veraniega.
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