jueves, 13 de septiembre de 2012

Lector voraz

Ese lector voraz me confesó que su método consistía en no tener método alguno.
Esa lectura errática le permite resolver crucigramas, departir con cualquier interlocutor, o enfrascarse en lecturas de prospectos o pasquines por igual.

Vive al acecho de la magia de las palabras que se cruzan en su vida. Sus conocimientos enciclopédicos le deparan más penurias que salario, pero en las noches atesora tales fortunas colosales, que le permiten amueblar los sueños más felices que jamás nadie me contó.
Albada

8 comentarios:

  1. Me siento muy identificado con este micro. Mis lecturas han sido siempre tan caóticas que me sorprende extraordinariamente acabar un libro, jajaja. Me ha encantado el último párrafo, y del último párrafo, la última línea. Enhorabuena.

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    1. Gracias por tu lectura. Aunque siendo lector compulsivo, el mérito te resta one point, creo.

      En serio, amueblar los sueños depende de mil cosas del día a día sentido, o vivido, o esperado o...pero me he quedado con la magia de que las lecturas nocturnas, siempre viciosas e inconfesas, crean el escenario de los mejores sueños.

      Un abrazo.

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    2. Me quitas un peso de encima, empezaba a sentirme un bicho raro, por leerme la guía telefónica.
      Gracias, un abrazo!

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    3. ¿No has sorprendido a nadie leyendo la etiqueta del vino en la mesa de un restaurante?...Pues mejor no te doy ideas.

      Un abrazo.

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  2. La casualidad ha hecho que haya leído tu micro inmediatamente después a este artículo http://elpais.com/elpais/2012/09/13/opinion/1347564818_390954.html
    Que me ha hecho pensar los grandísimos placeres que me ha deparado la lectura a lo largo de la vida. !larga vida al libro!

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    1. Es que lo placeres se escriben con líneas curvas y rectas, con signos de puntuación y anotaciones en los márgenes, con las imágenes que surgen a través de una grafía siempre abierta.
      Pero a mi entender, con la mente abierta.

      Un abrazo.

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  3. Apilados en mi mesilla de noche, cinco títulos esperan cada noche ser el elegido. Cada mañana, confían en adentrarse en la mochila que acompaña mis correrías. No es, por tanto, extraño que el Coronel Jack acabe enamorado de Aomame, que Datsguir acabe creyendo que el nombre de su hijo es Tengo o que la asesina ilustrada piense que es la autora de la Crisálida de aire.

    Un saludo

    Lagartojuancho8

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    1. No pordios, no me hables de pilas en equilibrio precario, de esos tomos disputando espacio a la gafas, al móvil y otros artefactos.
      Cuando en los sueños Lorca chatea con Leonor o Melibea se pierde por Baratalia, el batirrullillo de esencias y paisajes rehacen un caos digno de una gran novela.

      Un saludo

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