sábado, 22 de septiembre de 2012

Llegando a puerto

Quién sabe si vivirá mucho o poco. Pero él SÍ LO SABÍA. Anotó una relación de sueños urgentes y aún posibles de materializar, antes de su definitiva retirada. Abrió la vitrina y tomó en sus manos un pequeño tarro de cristal que alojaba un barquito fabricado con mondadientes y que le regaló su abuelo en un ya lejano cumpleaños. Fracturó el recipiente y la pequeña nave escapó de su cárcel traslúcida para surcar un mar de aire que se le resistía. Se estremeció al ver este primer sueño cumplido.

country49


5 comentarios:

  1. Me ha encantado country. Mucho.

    Un abrazo.

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  2. Yo también me he estremecido al leerlo, y he sentido el viento acariciar mi cara, mientras se alejaba el barco.
    Un saludo.

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  3. Bravo, Country. Sueños incumplidos, trenes que pasan de largo, el tiempo cubriéndolo todo con una capa de desidia y desesperación... un relato evocador y maravillosamente melancólico.

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  4. Me ha gustado mucho, todos deberíamos hacer cuentas y ver los sueños que aún podemos alcanzar e intentarlo.
    Un saludo.

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  5. Gracias a todos por leer y comentar. ¿Quien no ha tenido la tentación de extraer una miniatura encerrada en un bote? En este caso, la tentación se convirtió en sueño y el sueño en realidad.

    Saludos

    country49

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