El día en que me regaló el reloj, como si fuera el mejor obsequio del mundo, abrió una brecha en nuestra relación
Prisionera del tiempo, esposada a su cadena, mi vida se escurría entre sus manecillas y él ya no rezongaba por mi impuntualidad.
Cuando le abandoné, le dejé el reloj junto a unas palabras de despedida: " El tiempo se acabó",
Prisionera del tiempo, esposada a su cadena, mi vida se escurría entre sus manecillas y él ya no rezongaba por mi impuntualidad.
Cuando le abandoné, le dejé el reloj junto a unas palabras de despedida: " El tiempo se acabó",
Tagore123
Ay, esos regalos envenenados...Me ha gustado Tagore.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Me ha gustado mucho, el reloj para bien y para mal, como medida de tristeza, de felicidad, para atar o para liberar, es siempre un objeto mágico.
ResponderEliminarUn saludo.