Cuando dejes de dolerme...
Agarraré por los cuernos mis entrañas.
Y las dejaré tendidas al sol. Por desecarlas.
Cuando dejes de dolerme...
Me permitiré la entrada a aquel museo
y que se evapore el aroma de mis sueños.
Cuando dejes de dolerme...
Podré mirarte y hablar de nimiedades,
desempolvando el dolor de las verdades.
...Cuando dejes de dolerme.
Albada
Agarraré por los cuernos mis entrañas.
Y las dejaré tendidas al sol. Por desecarlas.
Cuando dejes de dolerme...
Me permitiré la entrada a aquel museo
y que se evapore el aroma de mis sueños.
Cuando dejes de dolerme...
Podré mirarte y hablar de nimiedades,
desempolvando el dolor de las verdades.
...Cuando dejes de dolerme.
Albada
Los días serán más largos, el sol calentara mi ventana, la misma que vio partir la Luna y la oscuridad, con todos mis sueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Madrugará la madrugada y se demorará la noche. Las cenizas de los ausentes nutrirán la tierra con las promesas de nuevas primaveras. Cuando el dolor de más tregua.
EliminarUn barazo
Madrugará la madrugada, y se demorará la Luna.
EliminarLas cenizas de los ausentes nutrirán la tierra de simientes que abrirán primaveras, de nuevos presentes.
Un abrazo.
Cuando dejete de dolerte, habrá nacido una cacatriz,un recuerdo enquistado. Lo acariciarás. Lo acariciarás con mimo. Como ese vientre hinchado que no llegará a parir.
ResponderEliminarEl tiempo irá adelgazndo la "no presencia", que robusta hora, más tarde será como ese trozo de helado erguido y debil. Que queda al filo del cornete; que no llegó a recoger tu lengua hasta lamerlo nuevamente. Cuando deje de dolerte, saborearás la fria belleza de un instante petrificado en el marmol de lo irreparable; en las incrustradas betas de lo de lo irrecuperable. En un contador que reinicia el ciclo de tu luz.Y pasarás tu mano como se acaricia una herida.
Cuando deje de dolerte, taparás la caja de abalorios que adornaban tu alma alborotada... Y renovarás tus miradas para hacerlas primerizas. Y levantarás las sabanas del futuro para tapar con ellas el palido pasado. Cuando deje de dolerte, no creerás que te ha dolido.
Cuando dejes de doler.. será porque otro ocupa tu lugar, no recordará el olor a tabaco negro, impregnada en esa boca tuya, tu voz cansada y ronca al teléfono.. cuando dejes de doler, no habrá cicatriz ni recuerdos, porque lo que duele, se entierra para siempre, cuando dejes de doler...será porque otro le hace sonreir, cuando dejes de doler, no serás ni un vago recuerdo, para qué recordarte, si va doler?.
EliminarGracias por invitarme a leer ésto, ahora entiendo que le sigues doliendo..y mucho!
Anónimo, me sorprende y emociona que conozcas al difunto esposo tan íntimamente. Sabes la marca de cigarrillos por un casual?, es pura curiosidad.
EliminarLa viuda de Mario pasó cinco horas hablando. Igual la escuchaste tú ese detalle.
Un saludo, Anónimo.
Muy sentido texto.
EliminarPor cierto, si el difunto era Mario, el de Carmen, yo apostaría a que fumaba Ducados. Con lo que le molestaba a Carmen el humo de tabaco: Si es que es la Carmen en que estoy pensando, la del agotador soliloquio (que, el muerto, por suerte para él, no oyó). Si no lo era, me sigue gustando tu versión.
Miguel se concentró en una escena de sepelio de velones, luto riguroso y silla en décadas atrás. La mía iba de granate y gris. Hasta donde yo vi, no había tenido demasiado tiempo para desovillar a pie de tumba tanto buche por diseccionar.
EliminarAclarado. Si te gustó, me alegra.
Un saludo, Anónimo.
Tu comentario, casi un tratado de gestión y resolución de un duelo, es de una belleza colorista y visual que deja mi texto en blanco y negro, a nivel de foto de fotomatón.
ResponderEliminarBellísimas las imágenes, los gestos, los movimientos que transmites. Encantadora la alegría de tu "levantarás las sábanas...".
La postal de una joven ante una lápida aún novel en intemperies, tan estática en su soliloquio, derivando a ese abanico henchido tiempos y de luz.
Nos regalas un texto, a mi gusto, brillante.
Gracias.Un saludo, Anónimo.
Llegará, llegará.
ResponderEliminarAunque cuesta, sí.
Besos
Gracias por tu lectura. Yo también opino que llegará, sin duda.
EliminarUn abrazo, virgi.