martes, 23 de octubre de 2012

Tiempo de barbecho

Cada invierno se entregaba afanosa a la poda de sus rosales a los que cuidaba primorosamente hasta que florecían en primavera. Por eso, cuando en su segunda cita del mes de enero se presentó con un ramo de rosas rojas, le dio plantón: ?Aún no es el momento?. Se volvieron a ver en abril y entonces ella le regaló una rosa para el ojal de su chaqueta. Él solo se a atrevió a corresponderle con bombones. Aquella noche le llevó a su jardín privado.

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