Temblamos entrelazados, cegados, casi en silencio.
Sólo el sudor marca el límite de nuestras pieles.
Sólo el amanecer marca el sutil límite entre realidad y sueño, entre rutina y delirio.
Cronopio
Sólo el sudor marca el límite de nuestras pieles.
Sólo el amanecer marca el sutil límite entre realidad y sueño, entre rutina y delirio.
Cronopio
Crono...no sé qué decirte, que de alguna forma no haya expresado respecto a tu encaje de bolillos entre unos símbolos estúpidos llamados letras...
ResponderEliminarNo existe la línea divisoria entre realidad y ficción en tus textos. Eso es lo que les da la vigencia atemporal de lo no vivido, o recreado, o soñado, o anhelado, o rememorado...
Gracias una vez por compartir tu habilidad y sensibilidad en este espacio. Un abrazo, Crono.