lunes, 7 de enero de 2013

Huellas

Acepté ir a aquella reunión sin convicción. Llegué puntual como siempre y como siempre me tocó esperar.
El Colegio me pareció minúsculo: pupitres, escalera, clases, todo parecía haber menguado
Recorrí el patio buscando el pasado y hasta hice un amago de tirarme por el pasamanos de la escalera, impulso que afortunadamente reprimí. Todo era inútil, allí no quedaba nada de la que fui.
Entonces os oí llegar y el colegio volvió a la vida. Entre besos, risas y confidencias; el ayer y el hoy se fundieron.


desasosegada


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