El jardín rebosaba de combinaciones multicolores con perfumes de rosa, aromas de jazmín y efluvios de azahar, con tal densidad que haría enloquecer a poetas sensibles. Por suerte, su anosmia le protegía de esa eventualidad. Con la ventaja añadida de disfrutar de una visión en estricto blanco y negro.
¡Como para regalarle flores por un aniversario! Me ha dado hasta pena. Aunque el personaje pareciera alegrarse de su posición ventajosa frente a la sensiblería.
ResponderEliminarJajaja...La anosmia combinada con el daltonismo constituye una gran defensa contra la sensiblería juvenil que con tan pesada frecuencia se desata cada primavera.
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