martes, 2 de abril de 2013

La mancha

La tarde lluviosa invitaba a quedarse en casa, así que dediqué parte de ella a escanear viejas fotos para archivarlas en mi PC. Siguiendo un orden preestablecido, seleccioné el álbum donde guardaba las instantáneas que tomé en aquel viaje a Francia en el verano de 1973. A medida que progresaba mi trabajo, iba recreándome en las imágenes: Hugo con su pelo afro y yo con una larga melena, en un camping; los dos con Marie y Sylvie, dos francesas que conocimos haciendo auto-stop; las típicas fotos en París delante de la torre Eiffel, en un puente sobre el Sena... pero al pasar una de las páginas del álbum, observé que faltaba una foto y su lugar lo ocupaba una mancha grasienta. Escaneé de todas formas la hoja completa y el hueco manchado se reveló en el ordenador como una espléndida foto en la que yo posaba en la puerta de un cine parisino, cuya cartelera advertía el título de la película: “El último tango en París”. Pero no estaba sólo. Dos siluetas que pude identificar, me rodeaban: Marlon Brando pasándome un brazo por el hombro y María Schneider mirándome sonriente. Haciendo zoom, pude ver otra figura desdibujada detrás de nosotros: Bertolucci provocando una "peineta" con su mano.

country49

3 comentarios:

  1. Qué casualidad. Acabo de mirar las fotos que saqué en París ayer mismo, último día del puente de S. Santa, y en una con zoom de las gárgolas de Notre Dame aparece Quasimodo como si tal cosa. Ya veo que es lo normal, me quitas un peso de encima.

    ResponderEliminar
  2. No te lo creerás. No lo mencioné. Pero también en una de las fotos, le de Notre Dame, aparece un dromedario que tiene toda la cara de Quasimodo. Debe ser que mezclé fotos del viaje a París con otro que hice a Túnez por aquellas fechas.

    Un saludo

    country49

    ResponderEliminar
  3. No me extraña nada, al dromedario ese precisamente me lo encontré yo cenando en el Bistrot des Lilas, que está en la esquina con el Boulevard de Saint Michel, según se va hacia el Pont Neuf. Y es que el mundo es un pañuelo. Siempre nos quedará París.

    Un saludo también para ti.

    ResponderEliminar