viernes, 12 de abril de 2013

Seis editores en busca de autor

Aquellos relatos de terror superaban todo lo conocido. Algunos afirmaban que Poe y Lovecraft juntos no habrían podido escribir nada igual. Pese a haber aparecido sólo en pequeñas y remotas publicaciones, eran el suceso literario del momento. Las investigaciones condujeron a un sacerdote, un hombre de otra época, ensotanado y enjuto, que dijo representar al autor y que, aunque éste se resistía, confiaba en hacerle aparecer en público. A la rueda de prensa asistían las seis editoriales más importantes. El clérigo pidió apagar las luces. Se accedió, pese a la extrañeza de que semejante personaje pretendiera montar un “happening”. El salón se llenó de un penetrante olor a azufre y a la fugaz luz de un relámpago todos vieron a un macho cabrío morder al sacerdote en el cuello y arrastrarlo violentamente fuera de la estancia. Inmediatamente sonó un trueno ensordecedor. Y es que algunos escritores tienen muy malas pulgas.

El Manco del Espanto

2 comentarios:

  1. Mientras el autor arrastraba al pobre clérigo, se le oyó mascullar: ¿Malas pulgas? Deberíais saber lo que es convivir con Fernando Fernán-Gómez. Frito me tiene... Buen relato, Manco.

    ResponderEliminar
  2. Sí, a lo mejor le quita el puesto, la verdad es que el ilustre cascarrabias tenía un toque mefistofélico, seguro que se lo pasaría bien con los cuernecillos, el rabo y las patas de cabra.

    Gracias, Andrés.

    El Manco.

    ResponderEliminar