martes, 30 de abril de 2013

Y siguió la vida ...

Me hubiera gustado presentarles a mi madre, pero ya es tarde.
Durante mi infancia era una mujer altíiisima (ni se imaginan lo que había que estirar el brazo para coger su mano y lo que me tocaba correr para seguir su ritmo) y extraordinariamente poderosa; podía curar un dolor con besos o colocar la luna sobre nuestra casa para su luz nos velase.
Gradualmente pareció encogerse hasta que tuvimos la misma altura !que cosas! .Su carácter también cambió: se volvió bastante pesadita, todo el día preguntando donde o con quien estábamos.
 Y siguió la vida.
Un buen día, fui yo quien se convirtió en madre y ella descargó de mis hombros todo lo que los suyos pudieron asumir.
Y siguió la vida hasta convertirla en una anciana pequeñita con un aire conmovedor de desamparo que me hacia sentir enorme y poderosa. Tuve que convertirme en sus brazos, en sus piernas y finalmente en su cabeza.
Ahora que ya no me oye he de confesarles que no fue perfecta, ni muchísimo menos, pero fue la mejor madre que pude tener.

desasosegada

13 comentarios:

  1. Precioso homenaje y un poco menos blando que la media.

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  2. Preciosa reflexión y bastante mejor que la media. ¿Para cuando fundamos otro espacio donde haya, sobre todo, literatura?
    Felicidades.

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  3. Anónimo4/5/13, 0:21

    Bien por el entonado relato de desasosegada. En cambio el quisquilloso comentario precedente es bastante peor que la media. ¿Para cuando fundamos otro espacio donde haya, sobre todo, comentarios inteligentes?

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    Respuestas
    1. Inquieto, dio el ciego palos al aire y le llegaron a su cabeza, perdida en evanescencias.

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    2. Y por eso los albañiles llevan alpargatas blancas

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    3. Ha demostrado usted mucha susceptibilidad. Cierto, y lo reconozco, que jugué con sus palabras para hacerle a Desasosegada un comentario que solo ella y yo entendemos. Pero no ha habido más que me pueda reprochar, si acaso perplejidad...No obstante, si aunque no ha sido mi intención usted se ha molestado, vayan ahora mismo mis disculpas sinceras.

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    4. Agradezco y valoro sus disculpas aunque su comentario no me afectaba personalmente, ya que yo no escribo, sólo me asomo aquí para leer. Así que no es una cuestión de susceptibilidad. Su comentario era una abierta desconsideración para las personas que aquí escriben, menospreciando el nivel de "la media" y proponiendo fundar otro espacio donde se haga "sobre todo literatura". La cosa es meridianamente clara, y con quien debe disculparse es con ellas, independientemente de las claves que usted maneje con desasosegada.

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    5. No le falta razón, hasta cierto punto. Concédame, también, que literatura y buena educación deberían ir unidas, sobre todo porque el culto lo es por ser educado. Ahora tal vez me haya explicado un poco mejor. Y no haga guerra o causa.
      Le dejo a usted la última palabra, yo ya no responderé.

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    6. Últimas palabras: bien está lo que bien acaba. Haya paz.

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  4. Jeje, Sólo por fastidiar voy escribir para que no sean las últimas :) :) :)
    Gracias a ambos por leer mi relato.
    Un beso.
    marga.

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  5. Gggggññññññ... qué rabia.

    Otro beso. Y no el último

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  6. Hermoso y sencillo homenaje, y en su sencillez está ese todo, ¡Qué sencilla y simple es la vida! Saludo

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  7. Enhorabuena a todos y gracias por concederme este rato tan ameno.

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