sábado, 3 de agosto de 2013

La cinta ¿sin? fin

El gimnasio cerraba a las once de la noche. Juan se encargó de recordárselo a un cliente que aún corría (se desplazaba mas bien) en una de las cintas sin fin. Le tocó un hombro y el hombre con la mirada perdida no contestó. Juan detuvo el aparato y no le sorprendió la extremada rigidez del cuerpo que permanecía de pie sin respirar y con un tinte de piel tornasolado. La primera vez que sucedió un episodio similar el forense comentó que nunca vio antes una rigidez post-morten como aquella pero después de tantos casos ya se asumía que ese era el comportamiento de los cadáveres en ESA CINTA CON FIN. Lo más curioso es que hay siempre personas esperando que quede libre el aparato para caminar o correr por esa ruleta rusa andante.

country49

2 comentarios:

  1. Ya llegará quien venza la máquina asesina.
    Los gimnasios siempre tienen por ahí el cadáver de algún robot.

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  2. "como la vida misma" siempre corriendo en la cinta con la certeza absoluta de como terminará.
    Un saludo.

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