miércoles, 5 de febrero de 2014

Al día siguiente



Y volverá a salir el sol.

Las montañas recortaran su silueta contra el cielo violeta y las flores se desperezaran coquetas.

Los transeúntes, como hoy, como siempre, con la prisa universal del nuevo día se afanaran en sus quehaceres. y los niños remolonearan en la cama, como hoy, como siempre.

Habrá también, como no, siempre lo hay… quien sentado en un banco de la plaza se desperece disfrutando del sol tibio en la cara; y se limite a respirar con placer el aire limpio de la mañana o a oir encandilado el trino de los pájaros.

Pero ese día, amigos míos, algo inapreciable habrá cambiado en el mundo.

Porque ese día, que espero lejano, yo no estaré para disfrutar del sol, del aire o de los pájaros.

Todo continuará igual que siempre, pero yo me habré ido.



desasosegada

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