viernes, 28 de febrero de 2014

Al prepucio (con perdón)

Humilde envoltorio del placer sublime

gamuza suave que pule y encera

guarida en la que hasta que el amor culmine

y un gozoso rayo de luz lo ilumine

mi callado cómplice sueña y espera.



Anónimo (con razón)

5 comentarios:

  1. No sientas vergüenza, hombre... Hasta se atreve una a descartar el tópico de que piensas con la entrepierna con tamaña sensibilidad.

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    1. Me congratulo de que el primer comentario sea de mujer, siceramente no lo esperaba. Yo también tendré que descartar el tópico de que las alusiones sexuales directas os suelen bloquear. Me gusta pensar que el secreto está, como dices, en la sensibilidad.
      Gracias.

      Anónimo ¿sin razón?

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    2. Las cosas naturales, y tan placenteras, que nos regala la vida no deberían arrastrar complejos.
      Ampárate en el anonimato por el tiempo de máscaras y carnaval, pero no por temor a la Inquisición.

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  2. Respuestas
    1. Ole, ole, otra chica. Al final va a ser a los chicosa a los que el asunto les da cosa. Está cantado que no sirvo para profeta.
      Gracias, Marga.

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