domingo, 26 de septiembre de 2010

El buzón de las avispas

Hacía mucho que no iba al chalet de su padre en la sierra.Le hizo ilusión abrir el buzón,también con su nombre.Solo había publicidad y 6 ó 7 avispas. Lo cerró asustado y bajó la tapa. Ya en Madrid, un día tropezó en la escalera y se torció el tobillo.Una semana sin salir de casa. Su dolor le recordó a las avispas encerradas en el buzón.Ya habrían muerto de hambre y de soledad.¿Dónde va todo el dolor inútil y despiadado del mundo? El no lo sabe.Ya anda.Pero con otro un agujero más en el alma

4 comentarios:

  1. Este final me gusta más. Puede que el dolor no se vaya, que simplemente nos deje agujeritos en el alma, como dices. Pero que pueden ser rellenados con alegrías, que también las hay. Depende de nosotros...

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  2. Hombre, caballero, conque... ¿cambiando finales y despistando al personal? Jajaja, yo tuve que cambiar el otro día el principio de un micro, con la frase inicial perdía cambiaba el sentido. Sigue siendo un buen micro, un saludo.

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  3. Está muy bien. A veces la compasión llega demasiado tarde. Como un lujo, más que como una virtud. Me gusta.

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  4. La vida nos da lecciones de las formas más variadas, puede que éstas dependan un poco de nuestra sensibilidad con respecto a nuestro entorno. Buen micro.

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