domingo, 31 de octubre de 2010

Día de difuntos

Con preparación meticulosa, saco mi mejor traje del armario. Todavía huele a alcanfor, aunque está impoluto. Me queda mejor que nunca. Estoy nervioso con la cita, no hay prisa, tengo todo el tiempo del mundo.
¡Ahí están!... Qué guapos veo a los niños y que grandes. Ella está como siempre, tan hermosa, como triste.
¡Qué bien!, me han traído velas amarillas, adornadas con narcisos y rosas del mismo color. Lo que daría por volverlos a tocar una vez más, sentirlos. Sé, que ella sabe que estoy aquí.

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4 comentarios:

  1. y ella sabe que tú lo sabes, dile que no esté triste, más tarde o más temprano todos sacaremos del armario el traje con olor a alcanfor.

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  2. Estupendo relato 21. Y la tristeza es menos tristeza con el vivo recuerdo de los que nos qujisieron.

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  3. Gracias. Hoy no es tan triste, mañana... quizás. Volverá a verlos y mientras su recuerdo siga vivo, el se sentirá bien. Es un recuerdo a todos nuestros difuntos, necesitan seguir vivos en nuestra memoria y así, se sienten un poco menos allá y su paso por nuestras vidas, no habrá sido en balde.

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