Se acercó a la curva en descenso con un ligero escalofrío. La superstición lugareña hablaba de la aparición de "la mujer vestida de blanco". Tomó la curva y la trazó suavemente. Nunca había visto nada y pasaba a diario inevitablemente por allí. Pero siempre se sentía un poco turbada por los ramos de flores.
hawk
Nos muestras una intersección entre lo conmemorativo y lo inquietante que me interesa muchísimo.
ResponderEliminarMe ha encantado.La verdad,me deja un poco pensativa y con pocas ganas de tomar curvas con ramos de flores señalizando un accidente mortal.
ResponderEliminarLa mujer de blanco, viendo sus propias flores a ella dedicada y pasando por la misma curva cada día como un espectro que no puede descansar en paz. Quizá dejó huérfanos unos hijos aún muy pequeños y el milagro de amor de madre le impedía diluírse definitivamente en las estrellas...
ResponderEliminarGenial, Hawk
@josé javier
ResponderEliminarhola
Gracias, José Manuel, por tu comentario.
ResponderEliminar@Albada
ResponderEliminarGracias, Albada. Si conduces no lo hagas muy pensativamente...
@papelylápiz
ResponderEliminarGracias, papelylápiz, por tu comentario. Esa era mi intención original más o menos...