viernes, 22 de octubre de 2010

Un hecho luctuoso

Nada más llegar a la fiesta supo que había cometido un error, aunque nada comparable a su decisión de quedarse. Ginebra tras ginebra, agarrado al vaso como un náufrago a una tabla a la deriva, se vio cada vez más sociable, más interesante, más alto y más guapo. No así la mujer de Jimmy Sacatripas, y mucho menos el animal de su marido. Dos horas más tarde, el forense de guardia se juró que aquél sería su último trabajo. En treinta años nunca se encontró con semejante atrocidad.

Rodia


4 comentarios:

  1. Joer, qué risa me ha dado. Muy buen relato, Rodia. Efectivamente, el alcohol produce esa seguridad en sí mismo. La pega es que a veces otros no lo ven así. Me ha gustado mucho.

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  2. aunque la historia no sea muy original, quiero felicitarte por lo bien propuesta que está la historia; es absolutamente cinematográfica. Creo qu es el uso del apodo de ese personaje, que nos lleva a arquetipos ya conocidos por el cine y facilita que nos lleguen imágenes de sopetón. Y qué bien funciona ese apodo para contar un final contundente "sin mancharte de sangre"...

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  3. Muy buena resolución, rodia, por la forma de plantearlo, y sobre todo, por el exclente final.

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  4. Gracias a los tres por vuestros comentarios. Sigo siendo bastante púdico e inseguro a la hora de pulsar 'publicar'. Efectivamente Hawk, el alcohol te lo da y el alcohol te lo quita.
    Estuve tentado de poner algo de casquería al final, pero me contuve porque esto lo pueden leer niñ@s... así que me alegro que gustara.

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