lunes, 15 de noviembre de 2010

Amor de verano

Corría por la arena caliente, ansiando cambiar esa libertad por afecto. La vio y se arrellanó a su lado. La mujer lo observó de soslayo a través de sus gafas oscuras y sin dudarlo le lanzó un chancletazo certero. Él no se acobardó y la colmó de besos, aulló serenatas y hasta bailó en dos patas para impresionar, pero solo consiguió otra chancla. Sin embargo el cortejo no cesó. Ambos eran animales de costumbres. Todas las mañanas ella clavaba su sombrilla en el mismo sitio y él siempre volvía.

Saryle

7 comentarios:

  1. Escena muy natural, jugueteo amoroso, coqueteo... muy bien narrado Saryle.

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  2. Gracias, Marsa. Me ha salido un relato típico de verano, cálido y ligerito. Supongo que es una especie de “reacción” ante este frío y la gripe que me aturde con 39º de fiebre.

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  3. Espero que mejores muy pronto, Sara.

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  4. Sara me has arrancado una sonrisa, la de veces que se ve, metafóricamente, esa situación que describes, ni contigo ni sin ti.
    Oye cuidate mucho, espero que te mejores pronto

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  5. Soplo fuerte para que te llegué una ráfaga de eucalipto, seguro que te serena el sueño.

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  6. Gracias, chicas. A ver si la ráfaga de eucalipto destapa mis narices, que de ellas no entra ni sale un soplo de aire. Saludos.

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  7. Lamento tu fiebre, saryle, pero parece que la "temperatura interior" favorece a tu escritura, un beso y espero que hoy ya estés sanita.

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