martes, 30 de noviembre de 2010

Contracorriente

Era un amor honesto e incondicional, que no se quebraba por un entorno naturalmente hostil. Al día siguiente del "baño" sufrido, vino al colegio ostentando orgulloso la camiseta del equipo perdedor, el de toda su joven vida. Sus compañeros, todos ellos seguidores congénitos del equipo ganador, le invitaban a "chocar los cinco", no sin chanza. Pasión genuina, heroica y meritoria, a prueba de infinitos y dolorosos 5-0.

tapia


0 comentarios:

Publicar un comentario