lunes, 1 de noviembre de 2010

Movimiento continuo

El camino se acerca a mí, devorándome en cada curva. Las piedras usualmente me esquivan, pero a veces golpean contra mis pies. Las nubes, igual que los pájaros, me persiguen con su carga y la aligeran en cuanto detectan mi presencia.
Todo gira siguiendo su curso, restregándome en la cara mi quietud. Un día me apeé de este monstruoso tren en marcha para excluirlo de mi vida, pero ahora es él el que me excluye a mí. Y aquí me encuentro, cansado ya de gritar: ¡Paren el mundo, que me quiero subir!


Saryle


3 comentarios:

  1. papelylápiz1/11/10, 17:02

    Original punto de vista. Siempre he pensado que, sólo por volver a observar las nubes y los árboles y escuchar los pájaros en el campo, incluso en los peores momentos no merece la pena suicidarse siete veces al día.

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  2. Original como todos los tuyos Saryle. Me ha encantado

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  3. Estuve pensando en la famosa frase de Mafalda, y en aquellos que se "bajan" de este mundo incesante. Y surgió este relato. Me alegro que os haya gustado. Saludos.

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