Todo apuntaba a que la intervención oftalmológica había sido un éxito. Ahora venía la comprobación definitiva. En unos instantes le quitarían la venda y, al fin, podría ver todo lo que la rodeaba, cotejar lo imaginado con lo real, mirar de frente, cara a cara, el peso que cargaba desde siempre. Y llegó el momento: tenue al principio, el resplandor fue en aumento. Comenzó a distinguir cada vez más claramente formas, colores, rectas y curvas. Desde entonces, la Justicia ya no es lo que era. eglon82
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Me ha gustado Eglon. Original y divertido. Y muy bien escrito. Saludos
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