viernes, 21 de enero de 2011

Ritos ancestrales

Desde que desembarcó en el primer mundo, solo había recibido, insultos, golpes y humillaciones dolorosas; simplemente por ser de color. Hasta que un día decidió imponer su ley. Era descendiente directo de garra de pantera y de ojo de águila. Sabía cosas de la naturaleza que esa pobre gente ignoraba. Se quitó la ropa y entonando unos cánticos africanos, bailó a la luz de la luna una danza que le enseñó el abuelo de su abuelo y este a su padre. Sus ojos incendiaron la noche convirtiéndola en sabana.

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