jueves, 3 de febrero de 2011

El viaje interminable

El príncipe, firmemente decidido a cumplir su misión, emprendió el viaje. Según la tradición, el hijo primogénito debía recorrer sus dominios a pie como preparación para acceder a la corona.
Mientras tanto su hermano, un guerrero astuto y desalmado que ansiaba ser rey, conquistaba las naciones vecinas a fuerza de sangre. De esta manera, cuando el heredero creía haber llegado a los límites de sus posesiones, se encontraba ante otro pueblo vasallo del reino, y debía seguir andando. Engullido por los caminos de su vasto imperio, el príncipe jamás pudo regresar.

Saryle

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