Despertó de un profundo sopor segundos antes de que las luces se apagaran.Antes de que la oscuridad cayera sobre la sala como un sudario notó los ojos de los espectadores mirándolo fijamente. Tuvo la inquietante sensación de que que sus rostros le eran familiares. La película empezó. Una mujer daba a luz. En su rostro contraído y sudoroso reconoció las facciones de su madre. Entonces comprendió. Gritó. La luz de una linterna lo deslumbró. Entrevió las facciones del acomodador y siguió gritando.
Hank66
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Hank66

¡Que buen parto, Hank! Siempre sorprendente, aunque falta un poco de tu toque sanguinario.
ResponderEliminarUn saludo
Jajaja, es que soy como el juego de las 7 y media. O me paso o me quedo corto. De todas maneras, el próximo relato será bastante sanguinario, jejeje, hasta a mi me está dando "mal rollo". Gracias por tu comentario, Cormorán.
ResponderEliminarInequivocamente tuyo, muy bueno
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