Era el banquete más importante de mi vida, estaba emocionado y nervioso.
La sopa la bordé pero al retirarla una mancha de aceite cayó en el puño del jerarca.
Pedí mil disculpas y casi rompí a llorar; él me tranquilizó "no ze preocupe majo, eztaz cozaz pazan"
¡Como no me iba a preocupar!
Llamaron de mi empresa, para despedirme supuse, pero no, era para nombrarme su camarero personal.
Ahora soy monárquico y especialista en limpieza de manchas.
desasosegada

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, jeje. Me gusta tu mirada con humor sobre el poder corrupto y sus pretensiones de omnipotencia. Un abrazo, Desasosegada.
ResponderEliminar