miércoles, 15 de junio de 2011

Los vencejos

De pequeño se tumbaba en el suelo y, al anochecer, miraba a los vencejos. Lo alto que volaban, la cantidad de trayectorias distintas que dibujaban. Así sería su vida.Cuando por fin pudiera volar.
Nunca más volvió a pensar en los vencejos. Sino en afanar como todos y abrirse paso a codazos en el estrecho camino de la vida.
Hoy volvió a verlos. Pero no podía hablar.Y mucho menos gritar. El ictus lo tumbó en el suelo,como entonces. Y los vencejos,majestuosos, jugaban con los últimos rayos de sol.

Gabriel Palafox

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1 comentario:

  1. Pero como hay más de una forma de volar, es posible que tras mirar nuevamente a los vencejos, y aún en plena crisis de inmovilidad, encontrara al fin la forma de volar. Me ha gustado mucho, Grabriel (Francisco).

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