Fue una niña soñadora; quería viajar y bailar.
Pasaba los días danzando entre los trigos vestida con gasas y oropeles.
Un buen día desapareció.
20 años después llegó al pueblo un muchacho con una carta suya, sin más preguntas mi abuela crió a ese niño y prohibió a sus hijos estudiar fuera.
Los chicos le salieron listos, seis hijos tenía y seis fueron "fresadores", único estudio que allí se impartía, hoy viven todos en el extranjero.
desasosegada

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