viernes, 16 de septiembre de 2011

Atila (no)

Comoquiera que se creía en posesión de las verdades ocultas y de una sabiduría a prueba de bombas (de las explosivas y de las otras), decidió tomar el camino de enmedio, y fue impregnando con su pertinaz sequía de ingenio todos los vergeles en que su ego intocable le iba sumergiendo.

Pero, muy a su pesar, la hierba, terca, crecía una y otra vez, a pesar de su empeño por pisarla.

Cronopio

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2 comentarios:

  1. Siempre impresionantes situacionees inventadas. Puestos a imaginar...y cordialmente, me identifico con esa hierba pisada sin consecuenccias graves para ella.

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  2. Mi querido anónimo: Cada uno es libre de identificarse con lo que quiera o con quién quiera.

    Incluso habrá por ahí quien se identifique con el protagonista del relato (en este caso, estrictamente basado en hechos irreales), no creas.

    Saludos y gracias por tu comentario.

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