viernes, 29 de abril de 2011

Trastos

Hay algo en los zapatos viejos que me inquieta.
Los míos me hacen sentir cómoda, me evocan caminos recorridos. Sus arrugas y pliegues son las huellas que nos ha dejado el caminar.
Los de mis gentes me conmueven; verlos vacíos, recién abandonados, me acerca a la intimidad de quién los ha usado.
Por el contrario los de los desconocidos me asustan; un zapato solitario en la calle o en el campo, me da sensación de catástrofe.
¡Que fácil es inventar una historia a partir de un par de zapatos!


desasosegada

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miércoles, 27 de abril de 2011

El bache

Nadie quiso hacer caso a las voces que vaticinaban el inicio del declive.
Sin embargo, éste se materializó cuando menos lo esperábamos y vimos como nuestro brillante "supuesto" futuro se ensombrecía.
Nuestro presidente no quiso asumirlo y siguió erre que erre diciendo que aquello no era una crisis, sólo un bache: algunos le creyeron, la mayoría no.
Pero ignorando sus pronósticos, la realidad se impuso, los números empezaron a hablar y dieron su terrible veredicto: nuestro equipo bajaría de categoría.


desasosegada

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martes, 26 de abril de 2011

La despedida

Siempre me pareció que había nacido con una estrella pegada al culo, que todo le salía bien.
Mientras los demás amigos íbamos sufriendo decepciones, traspiés, enfermedades y otras reveses variados, él pasaba por la existencia como bailando, ajeno al dolor
Pero la vida es una mala zorra y no se casa con nadie, ni siquiera con él.
Por eso hoy, mientras le visito en el hospital, no me atrevo a sacar las manos de los bolsillos para que no me vea temblar, ahora que sé que ha llegado el momento de la despedida.


desasosegada

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Saliendo del armario

El tenía un tío abuelo que había muerto un lejano y frío día de diciembre. Era un hombre lunático y visionario. A él le enseño a escribir historias de pequeño y también a descubrir gemas entre los roquedales de la Alcarria.. Se llamaba Gabriel Palafox. Por eso cuando empezó a escribir tomó su nombre. Como homenaje o, tal vez, por un impulso de la sangre. Hoy la editorial Alhulia publica su primera novela: El día que fuimos dioses, con su verdadero nombre: Francisco Rodríguez Tejedor. Pero los primeros versos son como los primeros besos del primer amor. Nunca se olvidan. Hoy sale del armario. Será Francisco y no Gabriel. Pero detrás del espejo siempre quedará el lugar en donde nace el brillo de las piedras preciosas y de las pupilas de los primeros lectores, a los que nunca olvida. Ni olvidará.

Gabriel Palafox

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lunes, 25 de abril de 2011

!Cuidadito con los ojos azules!

Algo tenían aquellos ojos, que infundían confianza, que hacían presuponer bondad.
Por eso le entregué sin dudas mi corazón y mi patrimonio, cuándo se marchó se llevó ambas cosas y con ellas mi autoestima.
Sin su mirada las cosas cambiaron: las hermosas vistas de mi ventana resultaron ser un patio sucio, la casa olía a limpio falso y yo que creía ser una princesa de cuento, me vi convertida en una pobre imbecil enamorada de un sinvergüenza sin escrúpulos.
Eso sí, con unos preciosos ojos azules.


desasosegada

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No pudo apurar la copa

Elena intentó en vano apurar la copa del Viña Tondonia del 72. Su nariz aguileña nunca le importó hasta este preciso instante en que Luis, al otro lado de la mesa y tras un brindis silencioso, la miró a los ojos y le explicó, sin una sola sílaba, el hondo amor que acumuló para ella en sus 40 años yermos.
Quiso apurar la copa para estirar el instante de la toma de decisión pero le agarró una tos súbita que acabó por romper el momento mágico de una bella historia de amor

Albada

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Diatribas etílicas

Si éste fuese un mundo ideal y sin fisuras, aquélla debería haber sido la última copa, tal y como había decidido momentos antes de pedirla.

Si el azar no existiese, si el presente fuese maleable, si fuese dueño de su cuerpo, habría sido capaz de sortear a la dulce tentación vertida en aquel vaso largo y translúcido.

Si no hubiese llovido tanto ahí fuera, si la absurda sed de huir de él mismo no fuese inversamente proporcional a la cordura, no habría seguido abrazado al final de la barra.





Cronopio

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