Las aceras ya no son grises. Ni el cielo. Ni tan siquiera es gris ya la niebla.
El trasiego de sombras se ha convertido en una danza nada macabra. Y, siguiendo el ritmo marcado por sus pasos medidos, bailan el tiempo y el espacio, abrazados sin pudor, en mitad de la calle... a la vista de todo el mundo.
Cronopio
El trasiego de sombras se ha convertido en una danza nada macabra. Y, siguiendo el ritmo marcado por sus pasos medidos, bailan el tiempo y el espacio, abrazados sin pudor, en mitad de la calle... a la vista de todo el mundo.
Cronopio
Deja sin respiración, (por poco me ahogo...)
ResponderEliminarImpresionante baile.
El pudor no se lleva, aunque fueran desnudos.