miércoles, 29 de febrero de 2012

La última batalla

Zarandeado, envuelto en el prístino color de la rabia de aquella naturaleza que había pactado con su destino la tempestad perfecta, Diego Martín, marinero de la Girona, intuía la escarpada costa de Irlanda frente a él. En aquel torbellino de agua, furia y miedo, apretó el anillo, se encomendó a su Dios y se despidió de ella, minutos antes de que la galera se estrellara contra el acantilado. Murió sin saber que su anillo sobreviviría en siglos a la Gran Armada, en un recóndito museo irlandés.

mj


2 comentarios:

  1. Me ha encantado la descripción y el uso de los adejetivos, que reflejan a la perfección las escenas que describes. Muy ocurrente y novelesco. Sin duda lo pdorías transformar en una gran novela.
    Ánimo mj!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá fuera una idea original mía. El relato está basado en un hecho real, el naufragio de la Girona, el último de los barcos de la Gran Armada que se estrelló en Irlanda. El anillo es real también, es de cobre o de latón, no recuerdo bien, y está en un museo irlandés con la inscripción «No tengo mas che dar te». Lo rescataron en los años 60 unos buscadores de tesoros. Algo parecido a lo de la Nuestra Señora de las Mercedes, pero todo el contenido del pecio se quedó allí. Me llamó la atención la sencillez y el sentimiento que emanan del anillo, por eso me permití inventar a su «dueño» y recrear el momento de su muerte.

      Muchas gracias por tu amable comentario.

      Eliminar