miércoles, 30 de mayo de 2012

Cese de viento primaveral.

El pequeño tornado paseaba por la ciudad. Arremolinaba fragmentos de papel de diario y cárceles de formularios. Barajaba en los rincones hojas de geranio y anécdotas sueltas.
Amontonaba en el ángulo inferior del banco de la plaza cáscaras de pipas y decisiones caducadas; algún panchito infantil y abdicaciones de creencias.
El viento cesó de forma abrupta, dejando en el aire un silencio a punto de nieve. De un color blanco de lirio y olor a trinchera por desembarazar.
Albada

12 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, Albada.

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  2. La quietud, a la espera de la escoba, que recoja los restos de vida, impregnados en la trinchera del día a día.

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    1. Gracias Alfred por hacer aparecer la escoba, que dejará libre los rincones.
      Para que aniden en ellos las primaveras que anidan tras las trincheras.

      Un abrazo

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  3. El barrendero, un hombre cuyo futuro no era menos frágil que las hojas que guardaba celosamente en su recogedor, advirtió un delicado papel entre los desperdicios y lo tomó entre sus manos. El título era prometedor: Cese de viento primaveral. Lo leyó y lo guardó en un bolsillo. Esa mañana, su trabajo fue más gratificante.

    country49

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    1. Gracias country por iluminar con un texto el día de ese barrendero, que dejará libre la plaza de jirones de pasado.

      Un abrazo

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    2. El barrendero, contento al acabar la faena, sabía qué ese día el viento no le iba a estropear el trabajo.
      Llevándose en su carrito, flores secas, hojas, papeles, cáscaras de pipas y versos escritos en la arena del parque.

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    3. ...donde los ángulos estaban libres para recibir el sol y el agua, los rayos que se escapan de luna y los balones escapistas.

      Gracias de nuevo. Un abrazo-

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  4. Me fascinan esos pequeños tornados, esa extraña fuerza centripeta que dota de movimiento los desmelenados residuos inertes y por un momento les hace danzar enloquecidos siguiendose unos a otros, luego vuelve la paz, la quietud, el aburrimiento.
    Un beso. marga.

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    1. Es que son fascinantes. Tornados en miniatura, que vemos inofensivos, pero que nos atraen en su movimiento centrípeto cargado de cosillas.

      Un abrazo marga. Soy Albada

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    2. Son bien atrayentes. Alegran el paso si vas de prisa, despiertan la tarde si estás ocioso y en cualquier momento, nos sorprenden recordando imágenes de pantalla.

      Un abrazo.

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    3. Son siempre una especie de paréntesis, en efecto.
      Cuando acaba, el aparente caos armonioso queda en un amasijo de detritos sueltos y polvo.

      Un abrazo

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