miércoles, 13 de marzo de 2013

Precaución

Esta tarde, a las cuatro y media, está previsto un robo en mi casa. He pasado la mañana preparando el terreno, así que oculté en la leñera parte de los objetos que estimo más valiosos y repartí entre los vecinos algunas joyas y dinero. Con indisimulada estrategia, he guardado en un cajón, bajo unos papeles, un reloj chapado en oro que apenas uso, algunos billetes y un rimero de monedas para que puedan ser localizados sin necesidad de una exhaustiva batida. También he dejado a mano mi colección de discos y películas cuyo traslado me ocuparía demasiado tiempo y esfuerzo. No he corrido el cerrojo de la puerta principal ni el pestillo de la portezuela que da al jardín. Para qué tomarme la molestia: las ventanas son fácilmente accesibles y cualquier cuidado extra resultaría estéril. Tras un liviano almuerzo, me he recostado en el sofá intentando vencer la somnolencia que me sobrevuela. Miro el reloj: las cuatro y veinticinco. Cierro los ojos y espero. Con puntual idad suiza, oigo el "crag" de un cristal y el crujir del suelo entarimado quejándose de unos pasos que pretenden ser silenciosos.

country49

3 comentarios:

  1. Me gusta, una secuencia precisa y cuidada para un plan maestro, y sin haber dejado la llave bajo el felpudo.

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  2. Relájate y disfruta...... del robo.

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  3. El anónimo Jose15/3/13, 0:20

    Qué agradable resulta leer estos sueños antes de acostarse. Fantasía pura, coloreada y refrescante.
    Hace mucha falta volar y buscar una nube cómoda que nos acoja, aquí abajo las arenas movedizas acechan.

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