los bancos no dan crédito y las postales ya no llegan a esta parte de la metrópoli…Estancos y tabernas, no busques librerías ni bibliotecas…aquí en la esquina encontrarás ganjah y coñac de caña, guarapo y otras hierbas. Han desembarcado los marines y arman bronca con los Hare Krishna, y los negros rastafaris, bailan sus danzas ancestrales de soca y calipso y los “cacerolas de acero” crean música con viejos barriles de petróleo. De una ventana de tronco colonial, acecha mister voodoo…Cuelgan carteles despellejados de Malcolm X y Martin Luther King y “Alístate, lucha por tu país” y frases insurrectas del Black power…la existencia fluye casi siempre con gentes atribuladas, sin prisas, descoloridas y naufragadas, presenciando un partido de futbol en un pequeño televisor sin voz, sin color, agitados los matices del arrebato…un reverendo grita: “Jesús vive entre nosotros” y un visionario despotrica contra la multitud, dice algo sobre la torre de babel y el fenecimiento del mundo por las plagas del Apocalipsis. La policía carga contra los panteras negras, que defienden a los hermanos de la parroquia…esto es un collage viviente, y así, en cada jornada, hierve el puchero en el infierno de tantos suburbios, en esta tierra socialmente enfermiza…y nada puedes hacer, salvo, esperar tu ración de garbanzos…
kim Bertran Canut
kim Bertran Canut
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