martes, 24 de abril de 2012

A tiempo

Estamos a tiempo. Todavía a tiempo de soltar más lastre, de contemplar nuestra sombra por encima de los campos reventados de trigo rubio y amapolas risueñas. A tiempo de dejar que el plomo de los zapatos se derrita en el asfalto.
Y es que, hasta que un único segundo nos arranque el último suspiro...tenemos todo el tiempo

Albada

FASCINACIÓN

Apareció de pronto y se sentó a mi lado, en el banco de la estación, se quedo ahí, mirándome con ojos lascivos, haciéndome presentir sus ansias de penetrarme, casi me dolía su insistencia, pero, curiosamente no me incomodaba lo mas mínimo, al contrario me producía una rabiosa fascinación. Al llegar mi tren, me levante, sintiendo todavía su mirada en mi nuca y al hacerlo, noté un tirón, como si algo se desprendiera de mi útero.

A.M.G

A.M.G


Embeleso

Los sones del piano del vecino del piso inferior entraban por la ventana de la cocina, a los acordes de una sonata de Albinoni no podía negarme, apague la radio donde me contaban lo que no quería saber y escuché mientras los aromas del orégano realzaban la salsa de tomate que estaba preparando, lo cual me llevo a una extraña asociación de ideas, me veía como un capò, disfrutando de un día en familia, en el cual me empeñaba en cocinar para los míos,mientras estos aprovechaban para dejarme solo. Alfred

Sombras

Tenia dos 'amores' sublimes, uno no la entendía en nada ni sentido, ni dicho ,ni hecho, o asi lo decía y repetía; el otro, directo a la yugular, sólo conseguia dar al homóplato electrizado. Se chamuscó el hocico y se rompió un canino.
Le vaticinaron tantas condenas que no le cabían en la vida. Las terminó más allá, donde, igual que acá, dos sombras anónimas la envolvían.
Junto a las malvas salieron pinchos extralargos, y, hortigas blancas como interrogando.

Anónimo

Una cierta paz.

Con el tiempo, vió partir a tanta gente que su mirada se había coarteado. Sus ojos parecian bolitas de papel de papel reciclado y tinta diluida por la contenida humedad de su tristeza.
Tal vez fue el azar quien insufló en su corazón autista un fluido vital que le llevó a lágrimas de ilusión Tal vez éstas limpiaron la turbia mirada de los adioses inevitables.
Una lozanía primaveral le devolvió el soportable desasosiego de la impaciencia juvenil. Ahora el tiempo duraba lo que la esperanza.
Anónimo

lunes, 23 de abril de 2012

Rosa

La veo,admiro y deseo, reluce impresionando mis ojos con su belleza.
Es tanta que quiero guardarla para mi, llevármela y tenerla, poder verla siempre que quiera. Pero fuera de su tierra y su planta, se marchitara y no lucirá.
Puedo prolongar su estado, poniéndola en un jarro de agua bien fresca, aunque morirá. Más lentamente, pero morirá, ofreciéndome su belleza en sacrificio, añorando las abejas que la besaban.
Si la dejo, el viento se llevará sus pétalos y se secara al sol, pero estará viva.

Alfred