lunes, 27 de septiembre de 2010

Entre fogones

No seas soso.... voy a tener que salpimentarte. Dicho lo cual se arrodilló ante mi, y sin dejar de mirarme buscó la vianda en cuestión. Cerré los ojos para concentrarme en lo inmediato. ¡Que forma de sazonar! El éxtasis me curvaba hacia atrás, y apunto estaba de estallar cuando por la megafonía reclamaron el solomillo de la mesa 4
Cormoran

2 comentarios:

  1. Imagino el ataque espontáneo de lascivia del cliente al comerse su solomillo. Bien por él.

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  2. @Eunuco
    El comer y el placer van de la mano, eso dicen. La interpretación es siempre personal y al gusto de cada cual.
    Una buena comida pueden ser muchas cosas, depende del apetito de cada uno y de lo que le guste comer.

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