No seas soso.... voy a tener que salpimentarte. Dicho lo cual se arrodilló ante mi, y sin dejar de mirarme buscó la vianda en cuestión. Cerré los ojos para concentrarme en lo inmediato. ¡Que forma de sazonar! El éxtasis me curvaba hacia atrás, y apunto estaba de estallar cuando por la megafonía reclamaron el solomillo de la mesa 4
Cormoran
Imagino el ataque espontáneo de lascivia del cliente al comerse su solomillo. Bien por él.
ResponderEliminar@Eunuco
ResponderEliminarEl comer y el placer van de la mano, eso dicen. La interpretación es siempre personal y al gusto de cada cual.
Una buena comida pueden ser muchas cosas, depende del apetito de cada uno y de lo que le guste comer.