martes, 11 de enero de 2011

Vacío

En el colegio los niños fabulaban sobre el futuro, hoy querían ser bomberos y mañana policías. Pero él no, él lo tenía claro. Iba a ser escritor.
Estudió, se formó, incluso se impuso un look acorde a su condición.
Todo iba perfecto, salvo un pequeño detalle, ante una página en blanco sólo lograba sudar.
Se impuso un horario pero dio igual, nada.
Frustrado y desesperado decidió acabar con su vida.
Justo en el momento de saltar al vacío se le ocurrió una idea ¡Demonios, era la inspiración!


desasosegada

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3 comentarios:

  1. Es una tragicomedia en toda regla. Tiene su parte divertida y triste. Y está muy bien expuesto, -así lo creo yo-, que la vocación no tiene nada que ver con la formación, educación y la voluntad. Si se juntan todas sale algo extraordinario. Me gusta, Marga.

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  2. Nunca es tarde si la dicha es buena. Aquella idea seguro que le hizo más llevadera la caída, y quien sabe si salió de esa con vida, algo estropeado seguro, quizás postrado a una silla, pero con las manos intactas para poder escribir.

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