sábado, 20 de julio de 2013

Duro golpe

De una manera que es preferible no detallar, el escéptico presuntuoso entendió que si no se cree en nada, se termina por despreciar todo. http://migueldiazmiron.blogspot.mx

Miguel Díaz Mirón Keusch

viernes, 19 de julio de 2013

BLAS

Blas nació hermoso -si hay que creer a Iluminada, la matrona- pero con el gesto abotargado por la asfixia. Se estiró un poco, boqueó varias veces como un besugo al raso, y quedó inmóvil para siempre. No llegaron a bautizarle, pero su madre, Rosata, eligió para recordarle un nombre breve, como su vida. Su alma fue alojada en el Limbo de los Niños hasta que los teólogos decretaron su desalojo y cierre. Desde entonces se le aparece, a veces, a su madre en sueños, en forma de pez nadando plácido en un océano de líquido amniótico. Ese día Rosata, ya anciana, se despierta feliz.

Antonio Toribios

DOLORES

“¿Do-lo-gues, egues tú de vegdá Dologues?” y me mirabas estupefacto, con tu mochila al hombro y tu cayado de señorito perdido en tierra extraña. “Sí, yo soy Dolores, ¿qué pasa?”, te contesté riendo, mientras echaba hacia atrás una mecha de mi melena al estilo de Rocío Dúrcal en el cine. Tú me seguías mirando, apoyado en el pretil del puente, a la vez que oteabas el entorno del pueblo con curiosidad de etnógrafo. “Dologues...” seguías musitando mientras me recorrías con la mirada. “En el instituto me llaman Lola”, te dije por fin, ya un poco molesta. “Ah, Lo-li-ta” y se te iluminó la cara, como si al fin hubieras hallado la solución a un obtuso enigma. Yo, en cambio no entendía nada. Nada de nada, aún.

Antonio Toribios

Hablar por no callar

Dice la tradición familiar que hablé a los ocho meses; siempre he pensado que era una leyenda doméstica, pero eso es lo que dicen.
Cuentan que estaba en brazos de la Abuela Justina, abrí la boca y dije con desparpajo: “chorizo”, no papá, ni mamá, dije chorizo.
De entonces hasta aquí  han emanado de mi boca millones de palabras, pero les voy a ser sincera; hasta ahora no he dicho nada de fundamento.
Siempre he sabido que mi misión en el mundo era aportar una frase fundamental pero no sé cuando la diré, ni sobre que versará, por si acaso sigo sin callar no vaya a ser que llegue la inspiración y me pille en silencio.
He tenido varias enfermedades serias pero he sobrevivido porque sé que aún tengo algo que decir.
Y aquí me tienen; con 100 años y  habla que te habla, para ver si digo de una vez la puñetera frase, pero nada…
Estoy cansada, de verdad, denme alguna idea porque esto es el cuento de nunca acabar.

desasosegada

OTRAS VIDAS ANTE EL ESPEJO

A las tres personas que le saludaban desde la hoja del armario de luna, nunca antes las había visto. Disfrazadas con vestimentas de épocas variopintas, aquellas le miraban intensamente a los ojos. Un centelleo de luz transformó la superficie del espejo en un deslumbrante palacio con jardines colgantes. Entonces, la mujer comenzó a bailar una danza de rubí al tiempo que los dos hombres, desenfundadas sus espadas, se batían en duelo por una brizna de belleza. La pista de baile era ya un ardiente campo del honor, un torneo que discurría en sensuales zarabandas, obligando al hombre que admiraba aquel reflejo a retroceder asustado. Sin embargo, cuanto más se alejaba del espejo, más roja se volvía la danza de rubí, música compuesta para abrillantar la pulsera de granates que tintineaba en las muñecas de la bayadera. Un nuevo resplandor vino a cegarle desde la luna del armario al que se asomaba, esta vez causado por el entrechocar de los aceros. El duelista más anciano , su perfil crispado en una fiera mueca de combate, acababa de ensartar a su oponente. Apagada la danza, el espectador se acercó temerosamente hasta aquel espejo embrujado. Había cambiado mucho, pero al final se reconoció.

Ricardo Gómez Tovar

Ventanas

Durante años gastó más de lo que debía y un día se quedó sin nada. He tirado la casa por la ventana, se dijo. Y entonces lo vio claro. No tenía familia, sus amigos habían desaparecido poco a poco, como sus muebles y dos días antes había recibido la orden de desahucio. Así que detuvo su paseo, subió con decisión los siete pisos desde la calle, abrió la puerta con torpeza y entró al salón, pero solo encontró una inesperada oscuridad. Lo había perdido absolutamente todo, hasta el hueco de la ventana. http://unmaldiaparaelpezplatano.wordpress.com/

Adrián Pérez Avendaño

jueves, 18 de julio de 2013

La viuda alegre

El sueño de tener un velero para disfrutarlo los fines de semana al fin se hizo realidad para mi vecina. Después de haber tenido médicos, maestros y hasta astronautas; moldes, parafinas y pabilos acaparan ahora su atención. http://migueldiazmiron.blogspot.mx

Miguel Díaz Mirón Keusch

Cesantía

A Don Abel Abascal no le hizo la menor gracia que las destituciones de la empresa se realizaran por orden alfabético. http://migueldiazmiron.blogspot.mx

Miguel Díaz Mirón Keusch

miércoles, 17 de julio de 2013

La primera vez

La primera vez fue inolvidable como un flechazo. Sus ojos, su mirada nocturna en un pasillo del metro. Ella acechaba nerviosa por si aparecía alguien. Fue algo rápido. Un intercambio veloz. Al principio él pensó que se trataba de una broma, que esa chica guapa de melena ondulada y tenis sucios no tendría redaños. Pero bien que los tuvo. Él se sintió estúpido y jadeante en cuanto la perdió de vista. Poco después comprobó que en aquella ciudad no solo abundaban las esquinas oscuras y los vanos profundos de puertas olvidadas, sino que había más mujeres que las sabían aprovechar. La segunda vez fue con luna nueva. Ella era grande, caballuna y él no dudó de su decisión, para qué resistirse. El encuentro fue fugaz como un trámite. Casi sin cruzar palabras. En aquella maldita ciudad aprendió a hacer sin rechistar lo que las mujeres le pedían. Pero sobre todo jamás olvidaría los ojos húmedos y azules de la primera vez, cuando entregó el billetero a cambio de no albergar en su tripas veinte centímetros de acero. www.lalenguasalvada.blogspot.com

La lengua salvada (Mikel Aboitiz)

Socorro

A las siete llegó a urgencias un hombre muy preocupado y vestido de Napoleón, pidiendo ayuda para su psiquiatra, que decía ser Carlos V.

El Manco del Espanto

martes, 16 de julio de 2013

Madurez

El codiciado soltero por fin decidió echar raíces. Ahora las candidatas se turnan para regarlo y podarlo con profunda adoración. http://migueldiazmiron.blogspot.mx

Miguel Díaz Mirón Keusch

El síndrome del tiempo

Son las siete en punto de la mañana, lo sé porque oigo el taconeo nervioso de la vecina. Portazo; las siete y media, el bancario sale hacia la oficina.
Las nueve; los niños bajan somnolientos hacia el colegio y a las diez, sin falta, oigo al portero barrer la escalera.
Yo no voy a salir de casa. El médico me ha aconsejado tranquilidad y reposo para intentar olvidar una obsesión por el tiempo que me está destrozando. Miro 2000 veces diarias al reloj y esto me conduce de una prisa a otra, para acabar, exhausta cada noche, en el mismo punto de partida.
¡Que raro! Son las once y cinco y no he oído aún al cartero. Me estoy poniendo nerviosa; ya son y cuarto, y nada. Las once y 27 minutos ¡menos mal que ya llega, estaba preocupadísima! Aunque ahora que lo pienso, hoy llueve y tendrá peor el reuma, por eso habrá venido despacio.
Bueno a lo que íbamos, estoy siguiendo escrupulosamente los consejos de mi médico y creo que estoy logrando superar mi síndrome… ¿no les parece a ustedes?

desasosegada