viernes, 15 de junio de 2012

Penúltimo cartucho

Como recurso desesperado, antes de asumir todas esas dolorosas certezas, regresamos al lugar preciso en que se cruzaron nuestros puntos cardinales aquella primera vez.

Repetimos los mismos movimientos, las mismas palabras, casi calcamos los gestos... buscamos, entregados, la descarga de corriente alterna que nos fulminó en un instante.

Nos miramos en silencio, esperamos la señal, pero nada sucede... Hemos sido definitivamente derrotados por el peso del tiempo.

Cronopio


Debajo del puente

La risa un poco ronca y una barba cana le dan cierto aire de vagabundo. Aparece los miércoles y comparte nuestra errática charla hasta media noche; entonces, como si fuera Cenicienta, se despide dejando 50 euros bajo el brick de vino.
Luego sube al puente y se va en su cochazo. Todos sabemos quien es y él sabe que lo sabemos.
Vaya usted a saber que impulsa a un millonario como él a venir a nuestras veladas; quizás el recordar de donde viene, tal vez el no olvidar a donde puede volver.

desasosegada


Amigo Sol

Casi cada mañana lo saludaba, si no era así, no era por culpa suya, si no porque se escondía.
Y eso qué solo verlo le cegaba, de forma que era imposible mirarle a la cara, por muy lejos que estuviera.
Pero era su rito matutino, solo levantarse salir a contemplarlo y agradecerle su presencia, símbolo de vida.
Sabía que el día que no estuviese, ni que fuera escondido entre nubes, su existencia se acababa.
Pero no era por eso, que lo saludaba alborozado, era por cómo relucía todo con su caricia.

Alfred


jueves, 14 de junio de 2012

Obsesión

Estuve leyendo hasta muy tarde, al fresco de una noche primaveral, deje el libro ante una narración realmente desagradable, encima de la mesa quedo un charco de sangre, lo narrado era tan brutal que mi mente no podía aceptarlo. Contemple como se movían las cortinas, al ir a cerrar el balcón contemple luz en la casa de enfrente, donde se me ofrecía una visión conocida por leída, le seccionó el cuello con una profesionalidad digna de mención, me quede mirando sin decir nada, pisando la sangre.

Alfred


En la calle

Te vi la otra tarde, y por no poder controlar mis latidos, tomé la bocacalle que se abría a mi paso. Ibas solo y parecías pensar casi en voz alta. Tan abstraído, que bien segura estoy que no me viste. Cuando tropecé contigo al salir del Viena, hemos dicho "perdón" a la vez. Yo no me giré, pero sentí tus ojos en mi espalda, como en las noches de Abril. Aquellas en las que afirmabas que nada iluminaba la oscuridad como mi piel desnuda bajo la luz de la luna.

Aunque igual ni me conociste


Albada


miércoles, 13 de junio de 2012

Mis queridos libros

Quiero rendir un homenaje a mis libros:
A los cuentos de hadas y princesas que poblaron mi infancia
A los que me acompañaron en los días felices y en los de lucha y en los de lágrimas.
También a aquellos que consolaron las largas y vacias noches de hospital.
Al libro que hoy descansa en mi mesilla, esperando para arroparme y a aquel que aún bulle en la cabeza del que será su autor.
Sin ellos yo no sería hoy la que soy; mi pasado hubiera sido más pobre y mi futuro, sin duda, más solitario.

desasosegada

martes, 12 de junio de 2012

Tacones cercanos

Anda o, más bien, levita, como sólo una mujer con tacones domados puede hacerlo. Sus caderas no se ponen de acuerdo, ¡para qué!, así mis ojos se permiten viajar de lado a lado, sufriendo el dulce vértigo de unas piernas que retan con descaro la gravedad terrestre. Sabe que la miro y yo sé que ella intuye ese hilo invisible que me enreda en su tela de araña. Desaparecerá de mi vida y dejará un hueco en ese álbum de mujeres bellas. En ese álbum de cromos imposibles y pasiones contenidas.

country49


lunes, 11 de junio de 2012

MEDIDAS EXTREMAS

-No se ponga nervioso, será rápido-
Sus palabras no lo tranquilizan.
Mira a su alrededor. Huele a hospital de patio.
Piensa en huir, pero se lo impiden la desesperación y la gran sonrisa de salir del pozo.
Pararle al paro. Vacaciones no obligadas.
Piensa en su madre, en su perro, en esa vecina a la que cada noche ?prismatea?. De pronto, por la ventana ve asomarse un coche policial. Entonces comienza a sudar frío y a soñar para atrás.
Normal.
Nadie dijo que vender un riñón sea algo sencillo.

EMILIO BAREIRO


Susurro.

-Eres único. Ven aquí. Pídemelo al oído.
-Ok, como quieras. ¿Estás lista?
-Siempre.
Miguel se acercó muy despacio con el calor de su boca. Marta, dejándose ya arrollar por el fuego iba, resquebrajando el silencio.
-Miguel.
-Dime.
-Me estoy desvaneciendo, ¿qué estás haciendo?

Virmared Santiago


Vestida de azahares

El lago recóndito en un recodo de Internet le permitió intentar volver a enamorarse de sí mismo. Acertó a retomar el mantra retórico, se dejó llevar por la obviedad de los espejos que reflejaban la luna en el charco calmo, y al fin compuso confusiones de telarañas e interlocutores de la noche. Todo fue en vano. La ciénaga le deglutía sin piedad. Narciso divisó, con el agua justo tocando su nariz, unas diminutas flores azuladas en las manos de esa niña de luz vestida de azahares.
Albada

Tiempos sin bucles

El largo invierno había excedido el punto de congelación. Su corazón helado iba a necesitar tiempo para el deshielo.
El tiempo que marcarían las coordenadas de la naturaleza, los ritmos de las sonrisas, la cadencia de los abrazos, y el despegar de los nuevos besos.

Llegará el tiempo en que el dolor se alejará de puntillas, dejando a su paso la tibia certeza de que lo importante, cada vez, ocupa menos líneas en la lista de lo valioso.
Albada

De bruces.

Yace de bruces sobre el asfalto. Son pasadas las doce de la madrugada. Se resiste a subirse al tren.

Virmared Santiago


domingo, 10 de junio de 2012

Él.

Es como los susurros... se te mete dentro muy suavecito y luego no quiere irse.

Virmared Santiago